Friday, August 28, 2009

LOS PERROS

"Tiny" fue el primer perro que tuvo la familia Alonso Etcheverry, pero no alcanzó a conocer la Finca Daktari. Fue una especie de regalo de bodas de los padres de Robert, que criaban Yorkshires. Al nacer María Carolina, "Tiny" se mudó a casa de los abuelos Etcheverry, donde vivió hasta que murió de avanzada edad. En casa de los abuelos le pusieron el apodo de "Tititi". Era un asiduo visitante de Playa Azul... posiblemente el único perro que era admitido al club.

"Grizzly" fue el primer perro familiar. Tuvo que ser sacrificado debido al mal que aqueja a muchos pastores alemanes, la displacia de cadera. Fue comprado en la Escuela de Perros de Los Teques cuando la familia vivía en San Bernardino. Alejandro y Eduardo no habían nacido todavía. Al llegar a los cinco años, desarrolló un carácter muy violento que obligaba a su encierro. Fue el padre de "Chobby" y abuelo del resto de las camadas que vinieron después, tanto por el lado de "Kalhúa" como por el de "Sombra".


"Anita Venga" fue el primer perro en llegar a Daktari, apartando a "Kalhúa" y a "Grizzly" quienes llegaron de Potro Redondo, donde los Alonso-Etcheverry vivían antes de darle vida a la Finca Daktari. Fue dejada en una caja de cartón junto a una hermana, que ya había muerto para cuando fueron descubiertas por el primer empleado que tuvo la finca, un colombiano que la llamaba así: "Anita, venga..." La familia le puso, entonces: "Anita Venga". Lo de "Anita" fue por lo de huerfanita, "Anita la huerfanita". Fue el primer animal en llegar a Daktari y el último en salir. "Anita" resultó ser una gran sobreviviente. Fue "picada" (mordida) por una culebra venenosa y sobrevivió. Estuvo casi al borde de la muerte por unas semanas. Robert la llevó a su cuarto para que estuviera cerca cuando muriera... y sobrevivió. Luego, en una oportunidad, los veterinarios de El Hatillo le diagnosticaron "leucemia": ¡nada! Lo que al final ya no oía. Uno de los inquilinos de Las Cascaritas la adoptó y para allá se fue la muy vagabunda a instalarse con la viejita que le daba buena comida cocinada, como a ella le gustaba. Al abandonar la Finca Daktari, "Anita Venga" estaba viviendo con los inquilinos en el Sector I de Las Cascaritas. Por cierto, "Anita" no se la llevaba muy bien con los demás perros, de quienes se hacía respetar... ni solía acompañar a la familia en los paseos a caballo. Era una perra solitaria.

"Chobby" nació de la unión entre "Grizzly" y "Kalhúa". Fue el perro con "mejor personalidad" de la finca. Con "Sombra" dejó descendencia. Un buen día murió... no se sabe de qué.

Aquí vemos a "Chobby" descansando sobre el piso rústico de la finca

"Canela" fue un regalo para María Carolina. Una perra cascarribia a más no poder. No era muy del agrado de Robert, pero ella vivía pegada a él. Duró varios años y un buen día cayó enferma terminal y murió. Dejó un hijo llamado "Brownie".

"Brownie" era el hijo de "Canelita". Lo tuvimos que regalar porque la agarró con Alejandro, que era un bebé, a quien mordió en la cara, faltando poco para que le agarrara el ojo. Como buen cocker, tenía un carácter volátil... como la madre.

"Sombra" era una pastora alemana con gen recesivo. Daba hijos "normales", pero ella parecía cualquier cosa menos un pastor alemán. Era una guardián extraordinaria, aunque había que tener cuidado porque solía morder. Al final la tuvieron que sacrificar por sufrir de displacia. Sin lugar a dudas fue uno de los perros más querido de la familia Alonso-Etcheverry.

Cachorros de la primera camada de "Sombra" y "Chobby"

"Bandido" era un perro feral, medio-salvaje. Se apareció ya adulta en Daktari. Solía comer lo que los otros perros dejaban en sus platos y jamás se dejó acariciar, sin embargo, acompañaba a la familia en cada paseo que daba a caballo. Llegó un buen día y un buen día... desapareció. El vecino loco de la finca de al lado a Daktari, el psiquiátra Jaime Castañés, lo odiaba porque decía que le ladraba a los neumáticos de su camioneta cuando él iba bajando por la loma. Yo le expliqué que "Bandido" era un "alma libre" que no obedecía a dueño y que no podía hacer nada por él. Siempre pensamos que fue el vecino quien lo desapareció.

LOS CABALLOS


"La Doña" se apareció sola en Daktari, donde tuvo un hijo con el semental "Flash". Era la yegua favorita de Siomi. Muy dócil y fácil de montar, aunque era trotona y de largos pasos. Se supone que tenía algo de cuarto de milla y de pura sangre. Murió de lo que muere la mayoría de los caballos estabulados: de cólico. Fue uno de los animales más queridos de la familia.

"Gran Cacique" era la imagen de la Finca Daktari, al menos, en las ferias equina. Era todo un personaje. Fue investido como "Gran Campeón Fuera de Concurso", por la Asociación Venezolana de Caballos de Paso, al ser considerado Gran Campeón en diez ferias tipo "A". Fue llevado a Venezuela por el padre de los capos colombianos, Don Fabio Ochoa. No se sabe cómo, Carlitos Vidal - propietario de la Caballeriza Tequendama (y productor de los discos de la Billo Caracas' Boys) - se puso en este ejemplar. Lo cierto es que en un aprieto económico, Carlitos le pidió un préstamo a Robert y le dio como garantía a "Gran Cacique", quien - además - era hijo de Don Danilo, el trochador más importante en la historia de caballos de paso colombianos.

Llegado el momento, Carlos Vidal no pudo hacerle frente al préstamo y decidió - por una suma superior de dinero - negociarle el caballo a la sociedad que tenía Robert con su padre y su hermano. Así nació el negocio de la extracción, procesamiento y comercialización de semen equino en la Finca Daktari, que llegó a ser uno de los tres laboratorios de semen equino que existía entonces en el continente americano. Uno de ellos estaba en la Universidad de Colorado, el otro en Argentina y el tercero en Daktari. El semen de "Gran Cacique" fue ampliamente comercializado por la familia Alonso. Murió de cólico a los 28 años de edad. En la foto de arriba lo vemos obedeciendo los mandos de Carlitos Morales, mejor conocido como "Ratón Cojudo".

"Gran Cacique" tuvo tres montadores en la Finca Daktari. El primero fue Carlitos Morales, el chalán de "Rancho Tequendama", de Carlos Vidal. Cuando "Gran Cacique" pasó a ser propiedad de los Alonso, Morales ("Ratón Cojudo"), se mudó para Daktari y siguió entrenándolo y montándolo en las ferias de Venezuela, representando a la finca de los Alonso. Luego vino Jairo, "Mira Bello" (porque era bizco), a quien vemos en la foto de arriba. El último montador que tuvo fue Guarnizo, heredado de la Caballeriza La Encantada, de Milton Morales Bello.

En la foto de arriba vemos a "Gran Cacique" montado por Carlos Alberto Alonso, quien concursó con él en la importante feria de Fuerte Tiuna, en Caracas. Robert, orgulloso, muestra el premio obtenido por su hijo en la competencia de jinetes infantiles.

"La Castalia" fue una de las yeguas más importantes de la familia Alonso. Era trotona-galopera, pero con mucha sangre andaluza. Aquí la vemos entreando con su chalán, Guarnizo.

Como "La Castalia" tenía mucha sangre andaluza, a Robert se le ocurrió entrenarla a dos cuerdas, como vemos en la gráfica. "La Castalia" es entrenada por Carlitos Morales, quien la presentó a dos cuerdas en varias ferias de Caracas y el interior.


"Soberano" fue, tal vez, el caballo más hermoso - de mejor fenotipo - de la Finca Daktari. Tenía una crin impresionante y una formación de cuerpo única, sin embargo, jamás se le pudo controlar los bríos. Era un caballo muy difícil y por tal motivo jamás pudo ser llevado a una feria. Estuvo muchos años en Daktari hasta que se enfermó de lo que se conoce como "llaga de verano" y Robert decidió regalárselo a un caballista que aseguraba curarlo. Nunca se supo qué fue de su vida, una vez que dejó la finca.

En la foto vemos a "Soberano" en el puesto privilegiado de la Finca Daktari. Todo aquel que entrara en la vivienda tenía que pasar por delante de su puesto. Era un caballo extraordinariamente hermoso.


"Soberano" comparte su comida (melaza) con "Bandido", el perro feral que se apareció un día en Daktari y se quedó a vivir un tiempo con la familia Alonso-ETcheverry, aunque jamás hizo migas con ningún miembro de la familia. En la misma foto, detrás de "Bandido", vemos a "Anita Venga" y más allá a "Chobby". A los perros les gustaba la melaza que se le daba a los caballos. Esperaban a que terminaran de comer para subirse en el comedero y lamer lo dulce de la melaza.


Carlitos Morales, "El Ratón Cojudo", nos muestra a "Mahoma II", uno de los caballos más importantes de la Finca Daktari. No podía entrar en las ferias porque tenía un problema en una pata, sin embargo, su semen era comercializado por los Alonso, ya que era hijo de "Mahoma I", un importante semental trotón-galopero de Venezuela. El hijo salió al padre, solo que tenía el problema de la pata izquierda, la cual fue lastimada cuando potro. El caballo lo adquirió la finca de la "Caballeriza Rancho Tequendama", de Carlitos Vidal.


Cuando el capo de la droga colombiano, Rodríguez Gacha - mejor conocido como "El Mexicano" fue abatido, su viuda remató todos sus caballos. Un lote de esos caballos llegó a Venezuela y entre ellos venía un potro de apenas seis meses a quien la familia Alonso le puso de nombre "Catirito", por su color rojo, casi encendido. Era un potro de muchísimos bríos que participó en varias ferias, aunque no tuvo suerte, por falta de buen arrendamiento. Como "Soberano", "Catirito" resultó ser un caballo difícil de controlar, de muchísimos bríos y pocas migas. Fue rematado por los Alonso entre un lote de varios caballos. Su nombre de feria era "El Príncipe de Daktari".


"Pinto" era un caballo de paseo, muy-muy dócil, tal vez el más dócil de todos los caballos que ha habido en la finca, con la excepción de "La Doña". Tuvo un final terrible, porque murió aplastado por el techo de su puesto, que colapsó una noche luego de un torrencial agucero. Era el caballo que Robert le daba a los que no sabían montar bien a caballo y lo acompañaban al río en la Quebrada Tusmares, entre La Mata y El Hatillo.

LOS MONOS


"Punky" fue el primer mono en llegar a Daktari. Se lo trajo Siomi a Robert. La prioridad en la Finca Daktari eran los perros, luego venían los caballos... y después los monos. Robert tenía pasión por los animales, de ahí el nombre de la finca, FINCA DAKTARI, en honor a su programa de televisión favorito, cuando era muchaho. Siempre soñó con tener una finca parecida a la de la serie de televisión, "Daktari". "Punky" vivió muchos años con los Alonso, hasta que un buen día se le ocurrió fugarse y terminó apresado por unos vecinos que, según le dijeron a Robert, lo habían enviado a la isla de Margarita. En Daktari vivía como un rey. "Punky", contrario a la mayoría de los monos que pasó por la finca, se daba con todo el mundo.


El caso de la "Mona Lisa" es bien simpático. Robert siempre quiso tener un mono araña, por ser éstos los de mayor tamaño en la fauna de monos del continente americano. Además, los monos araña son extremadamente tranquilos. La "Mona Lisa" llegó a Daktari y todos creían que era un macho, porque le colgaba de entre sus piernas, algo que parecía un pene. Su primer nombre fue "Toby", en honor al negro de Kunta Kinte, de la serie "Raíces". Sin embargo, al pasar los años, un veterinario del zoológico El Pinar visitó Daktari e hizo el comentario que "la mona" se veía muy saludable. "¿Mona? ¡Será mono!", acotó Robert. "No señor... esa es una mona y lo que le cuelga es su vagina", le respondió el veterinario. De ahí en adelante le pusieron "Mona Lisa", porque se parecía a la Gioconda.

La "Mona Lisa" vivió muchos, muchos años en la finca, hasta que un día apareció muerta. Como suele ocurrir con los monos, al llegar a la madurez, se convirtió en un animal extremadamente agresivo. En una oportunidad, sin provocación alguna, le mordió la tetilla a Robert. Cuando era bebé, sin embargo, era muy juguetona y le ofreció largas horas de compañía a la familia Alonso.


Aquí vemos a la "Mona Lisa" en su primera jaula, inmensa: de cinco metros de alto por seis de largo y cuato de ancho, ubicada justo a la entrada de la casa principal de la familia Alonso. La jaula estaba hecha de troncos sacados de la finca. Es la misma jaula donde fue tomada la primera foto de arriba, donde Alejandro y Eduardo solían meterse para jugar con los animales que allí habitaban: monos, patos, guacharacas, cotorras, guacamayas y todo tipo de pajaritos.

"Toronto" fue donado por el Parque del Este. Había sido llevado a ese zoológico por una familia que ya no lo podía tener más, porque se había convertido en un mono muy peligroso. Era ya adulto cuando llegó a Daktari. Era tremendamente agresivo con todo el mundo menos con Robert. En una oportunidad, le clavó los colmillos a un amigo de la familia quien intentó acariciarlo a través de la reja de su jaula. La herida parecía que había sido hecha con un afilado cuchillo y ameritó varios puntos de sutura. "Toronto" murió de viejo en su jaula. Se le pudo el nombre de "Toronto" porque tenía la cabeza redonda como un toronto.

Robert le compró la mona "Oralina" a unos vecinos. Era, también, un animal peligroso, ya adulto. Adoraba comer huevo y, sobre todo, "drogarse" con cebolla. Odiaba a los niños. En una oportunidad se escapó de su jaula y persiguió a la hija de Valdemar Paz, un caporal que trabajó un tiempo en Daktari. Era tan peligrosa que tuvieron que salir de ella, regalándosela al zoológico del Pinar, en Caracas. Robert le puso "Oraliina" porque le recordaba a Oralina Hernández, la esposa de "Heribeeeeerrrrrto" Hernandez.

"Pincho" fue otro de los capuchinos que pasó por la Finca Daktari. Un amigo de la familia lo trajo, cuando ya se cansó de tenerlo en su casa, porque los monos dan mucho trabajo... si uno los quiere tener bien alimentados y limpios. "Pincho" vivió unos años en Daktari y al cabo del tiempo murió. Era un monito joven y muy tímido, junto a otro (cuya foto no existe en archivos), llamado "Ojeda", pasó por la finca sin penas ni gloria.

"Benito" era un bebé araguato que le llevaron a Robert unos amigos. Unos cazadores habían matado a la madre para poder agarrar al bebé, algo terrible. Los araguatos son muy delicados y suelen enfermarse muy facilmente, sobre todo si no se les alimenta adecuadamente. No comen de todo, como el resto de los monos que suelen tenerse de mascota. "Benito" fue nombrado en honor a un vecino que era igualito a él. Vivió unas semanas en Daktari y al cabo de un tiempo dejó de comer y murió. Los araguatos son familia de los monos aulladores de Costa Rica, como los que vemos en los tres videos de abajo. Estos monos habitan en los llanos venezolanos y cuando la manada comienza a aullar, uno piensa que está rodeado de leones africanos.








En el video de arriba vemos a "Benito" recién-llegado a Daktari con Carlos Alberto de 13 años. Vemos que Chobby se muestra muy tranquilo a su alrededor.


Más de "Benito" y Carlos Alberto

TREPADORAS


Otra de las pasiones de Robert eran las trepadoras, en especial: las guacamayas. Aquí vemos a su favorita, "La Madame Blue", también llamada por los niños, "La Lora Loca". "La Madame" sabía hablar, de verdad-verdad. Cuando alguien llegaba de visita a Daktari, la lora le decía "hola" y cuando esa misma persona se iba, le decía "chao". Es decir, sabía diferenciar entre ambos signficados y cuándo debía emplear cada palabra.

Robert le compró la lora a un vecino y vivió en Daktari muchos-muchos años, más de 13 años. Cuando Robert se vio obligado a irse a la clandestinidad, su mamá se la llevó para su casa en la Colonia Tovar, donde sus perros la mataron... un duro golpe para la familia, claro está.


"La Madame Blue" era un lujo de animal. Robert solía sacarla de la jaula y la ponía en un árbol que estaba a la entrada de la vivienda principal. Jamás se le cortaron las alas, podía volar... pero no estaba muy acostumbrada a hacerlo. Una vez se asustó y voló majestuosamente hacia la selva frente a la vivienda de Daktari, donde pasó la noche. Al día siguiente Robert la pudo recuperar. Era con Robert con quien unicamente se daba la "Lora Loca". No era muy amiga de los niños.

A Daktari llegaban muchos animales, mayormente de los vecinos que se fastidiaban de tenerlos en sus casas. Sabían que Robert recibía cualquier tipo de animal. Así llegó a Daktari la pareja de cotorritas conformada por "Simoncito" y "Manuelita". "Simoncito" se escapó un día de la jaula y se posó en el techo de la jaula de los cunaguaros. Esa fue última "maroma". Los loros suelen durar muchos años en cautiverio. "Manuelita" vivió varios años en Daktari y luego murió.

Esta es una fotografía genial. Aquí aparecen comiendo "Simoncito", "Manuelita" y "Negrito". Vemos también a "Condorito", el morrocoy que le había regalado una amiga colombiana a la familia, de ahí su nombre, "Condorito". "Condorito" tenía una fijación sexual con "Negrito" y en cada época de celos vivía persiguiéndolo por la jaula donde convivían - a modo experimental - muchas especies distintas de animales.


La pava "Sofía" fuye comprada en el mercado de Coche para terminar como cena en la mesa de los Alonso, sin embargo, le robó el corazón a la familia. Caminaba igualito a Sofía Montero, la cargadora que tuvo María Conchita en Cuba, de ahí su nombre. Una vez fue atacada por los perros, pero Robert la remendó dándole más de 100 puntos de sutura en todo su cuerpo. Increíblemente sobrevivió y tuvo una larga vida, muriendo de vieja en la finca. Era un animal muy querido que se daba con todo el mundo, en especial con los niños. Venía a donde uno estaba y se echaba para que le hicieran cariño. Un campesino de la zona aseguraba que lo que "Sofía" quería era un macho. Murió "señorita".


Un amigo caballista de Robert, que le terminó comprando uno de sus caballos ("El Taita"), le trajo a la familia de regalo una pareja de gavilanes de la zona. Los niños les pusieron "Batman" y "Robin". Al menos uno de ellos era una hembra, porque era rondada por un gavilán similar que vivía, libremente, en la selva de Daktari. He aquí el video de ese gavilán enamorado:







Los muchachos en Cuba, solían criar gallitos quiquiriquí para pelearlos. Eran gallos pequeñitos que en algunos lugares son llamados "japoneses" y en otros "puertorriqueños". En Cuba se les llamaba "quiquiriquí" y eran muy peleones. Increíblemente, a pesar del amor que Robert le tenía a los animales, era aficionado a las peleas de gallos, una afición que le venía de sangre, de España. En Daktari se criaban gallos finos de pelea para la exportación a las islas del Caribe, en especial para la isla de San Martin. Sin embargo, el gallito de la foto no era para pelear. Era el gallito favorito de Siomi, quien le puso de nombre "Kikirikí". Tenía un cantar muy peculiar. Ya al final, Robert quiso dedicarse a la cría de gallos y gallinas exóticas... pero la "revolución bonita" se lo impidió.


La primera semana que los Alonso se mudaron para Daktari, escucharon un grito como el de una mujer en pena, en llantos. Se trataba del canto de la "pavita", una especie de búho que habita en la zona donde estaba ubicada la finca. Los campesinos decían que la pavita llamaba al "león mano gorda" cuando había una mujer "embrazá" en el sector. Entonces venía el "león" y le comía la criatura. En esta foto de arriba vemos a "Sócrates", la pavita de Daktari. Según los campesinos de la zona, es un ave de mal agüero que llama a la muerte. Este animal se cayó de su nido y fue criado, sin mucha suerte, por la familia Alonso. Al cabo de las semanas murió.

LOS GATOS


Cuando los Alonso se mudaron a Daktari, con la vivienda a medio terminar, había muchísimos ratones. Uno de ellos fue nombrado “El Bachiller”, por lo inteligente que era. Jamás pudo ser apresado en una de las múltiples trampas que se le puso. Un vecino recomendó que metiéramos gatos en la finca y que no le dieran mucha comida, para obligarlos a cazar ratones. Así llegó a Daktari la gata “Machita”, que vemos en la foto, detrás del gato negro y blanco que aparece en primer plano. “Manchita” llegó a ser la abuela, bisabuela y tatarabuela de más de setenta gatos que una vez llegaron a vivir en Daktari. Por supuesto, ni ratones ni culebras.

En la foto de arriba aparecen algunos de los gatos que vivían en Daktari. Muchos de ellos eran ferales y no se dejaban tocar. Todos los meses nacían nuevos gatos en la finca.

Daktari era famosa en el sector por sus animales, pero – especialmente – por sus cunaguaros u ocelotes. Arriba de estas líneas vemos a la “Tacher”, quien fue nombrada por su fuerte personalidad en honor a “La Mujer de Hierro”,



En la foto de arriba aparecen algunos de los gatos que vivían en Daktari. Muchos de ellos eran ferales y no se dejaban tocar. Todos los meses nacían nuevos gatos en la finca.

LOS CUNAGUAROS


Daktari era famosa en el sector por sus animales, pero – especialmente – por sus cunaguaros u ocelotes. Arriba de estas líneas vemos a la “Tacher”, quien fue nombrada por su fuerte personalidad en honor a “La Mujer de Hierro”, Margaret Thatcher. Este animal fue apresado en el jardín del entonces-alcalde del Municipio Sucre, Raoul Bermúdez, un cubano-venezolano amigo de la familia. Se acababa de comer una de las guacamayas de los Bermúdez. Fueapresada y mantenida en una pequeña jaula. Robert la rescató y le fabricó un hábitat envidable. Al cabo del tiempo, los Alonso le consiguieron a la “Tacher” un compañero, más joven que ella, a quien le pusieron de nombre “Simba”. No se llevaban muy bien, porque los únicos felinos que viven en sociedad son los leones, el resto vive por su cuenta y se unen solamente para procrear, en épocas de celo. Estos dos felinos vivieron en Daktari durante años. Un buen día fueron atacados por una invasión de pulgas y murieron con días de intervalo. Era ilegal tener animales silvestres en cautiverio. La Guardia Nacional llegó una vez a la finca con la intención de recuperar los cunaguaros. Cuando entraron en la jaula de estos animales y se vieron amenazados por la “Tacher”, salieron corriendo y jamás regresaron.


Cuando los vecinos se enteraron de que Robert había adquirido un cunaguaro hembra, enseguida le consiguieron el macho, “Simba”. Éste vivía de mascota dentro de la casa de un vecino, como si fuera un minino, sin embargo, cuando llegara a adulto, la cosa no iba a ser igual, así que decidieron llevarlo a Daktari y entregárselo a Robert. Sobre estas líneas vemos a “Simba” de pequeñito, apenas llegó a la finca.

LOS PECES


Los Alonso decidieron cambiarle el “look” al jardín de entrada y convertirlo en un “jardín japonés” con un inmenso estanque donde sembraron carpas domésticas japonesas. Una de esas carpas, la favorita de Siomi, era “Koi”, a quien vemos de mediano tamaño (porque llegó a crecer casi un metro) en la foto de arriba. Estos peces pueden llegar a costar hasta un millón de dólares. La idea original era criarlos para exportarlos a Miami de varios centímetros… un proyecto que jamás vio luz. “Koi” solía venir a donde uno estaba y se dejaba acariciar. Siomi había leído que en Japón, los japoneses les leen poesías a estos peces ornamentales. Pensó en leerle algunas a “Koi”, pero nunca llegó a tanto.


En la foto de arriba vemos a la “Tongolele”, uno de los primeros gold fish colocados en el estanque de Daktari. Así se le nombró porque nadaba como si fuese una bailarina de rumba, como la Tongolele.

AVESTRUCES

En el año de 1997, Robert se asoció con Mervyn Malán, un sudafricano que tenía una granja de avestruces en Curazao. Trajo así los primeros avestruces que entraron en Venezuela y fundó la “Asociación Venezolana de Criadores de Avestruces”, (AVCA). Los primeros polluelos que llegaron al país vinieron de polizonte en un vuelo comercial, metidos en un maletín de mano de Robert. Esos son los dos polluelos que vemos en la foto de arriba, de una semana de nacidos.


Cuando ya pudieron ser sacados de la jaula, a los tres meses de edad, la pareja de avestruces fue sacada al jardín de Daktari, donde corrían libremente y jugaban con los niños, Alejandro y Eduardo, de cinco y tres años de edad, respectivamente. Era todo un espectáculo. Los vecinos venían a la finca, nada más que para admirar a estos descendientes de los ancestrales dinosaurios.


Al crecer los avestruces, ya no podían tenerse libremente en el jardín y Robert les hizo un potrero abajo, en la finca, cercano al sembradío de maíz y de hortalizas. Allá vivieron hasta que fueron devorados por un felino de gran tamaño, de esos que habitan en la zona.

OTRAS AVES


En un viaje que Robert hizo al llano, se topó con un llanero que traía un cajón lleno de periquitos llamados “mariquitas”. Eran todos pichones. Había más de cincuenta y Robert los compró todos y se los trajo a Daktari, donde los disfrutaron mucho junto a los niños. Los periquitos fueron alojados en la gran jaula de la finca, con gran espacio para aprender a volar con la intención de soltarlos y que se quedaran merodeando la vivienda principal. Sin embargo, al llegar el invierno, ninguno de los periquitos sobrevivió. Ya se había acostumbrados a comer en las manos de los niños.


En la foto de arriba vemos a Robert en la gran jaula de Daktari, preparándole a los periquitos su comida, que consistía en mucha fruta, como mango y papaya.


Una de las especies de aves que cohabitaban en la gran jaula de Daktari era la de los periquitos domésticos australianos. Pero el frío en invierno era muy crudo y estos animales no lo soportaban.


Esta interesante foto nos muestra a una gallina fina buscando abrigo y protección debajo de las patas de un gallo fino español de pelea. La foto fue tomada en la gran jaula de Daktari, ubicada a la entrada de la vivienda principal.


Entre los pajaritos de la jaula, Robert había introducido las alondras, que tampoco se adaptaban al frío de la zona, cuando llegaba el invierno.


Otros de los periquitos que vivían en la gran jaula de Daktari eran los “love birds” o periquitos japoneses. Estos procreaban muy fácilmente, aunque tampoco eran muy amantes del crudo frío de la montaña hatillana donde estaba ubicada la Finca Daktari.


En la finca había una manada de gallinetas o guineos africanos que vivían en estado silvestre o feral, posiblemente se habían escapado de fincas vecinas. Robert introdujo algunos guineos pintados y otros blancos y los dejó libres para que se unieran a los ferales. Los campesinos de la zona aseguraban que eran aves “pavosas”, es decir: de mal agüero, porque siempre estaban gritando “patrás”, “patrás”… “patrás”.


La zona de Caracas es rica en guacharacas, aves de gran tamaño parecidas a las gallinas, que viven en los bosques y se han acostumbrado a la ciudad. Por las tardes y por las mañanas cantan fuertemente y en el cantar parece que dijeran “guacharaca”, de ahí su nombre común. Estas aves son familia de los pavos y entran dentro de la clasificación de las gracidaes. Hay once tipos diferentes de guacharacas, incluyendo la mexicana… todas con el mismo cantar. En esta foto de arriba vemos a una guacharaca cohabitando con un pato salvaje llanero.


Arriba vemos a una guacharaca que fue atacada en la jaula por uno de los monos. Este evento puso fin al experimento de Robert de colocar en una misma gran jaula a muchos animales distintos. Funcionó por un tiempo, pero cuando los monos se dieron cuenta de que las guacharacas eran comestibles y sabrosas, comenzaron a comérselas. Esta no pudo sobrevivir. Los monos fueron sacados de la jaula de inmediato.


Palomita torcaza doméstica.


En una de esos viajes que Robert hiciera al interior de Venezuela, regresó con una pareja de faisanes. Vivieron por un tiempo en la gran jaula y luego se fueron muriendo.


En esta foto vemos, en un primer plano, a una codorniz. Al fondo vemos a los periquitos llaneros (mariquitas), un periquito australiano y un par de polluelos de patos.


Aquí vemos a los pollitos que se criaban en Daktari para luego soltarlos en el terreno.



Los pollos ya crecidos, listos para ser liberados

OTROS ANIMALESS


Entre los animales favoritos de Robert estaba esta araña venenosa a quien llamó “Sofía”. Vivía en la terraza de la piscina y era admirada por su belleza… y temida por su veneno.


Aquí vemos a “Rómulo”, un sapo que se hizo visitante de la piscina de Daktari y vivía en la terraza donde “jugaba” con los niños, Alejandro y Eduardo.


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